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- El autor -

sábado, 27 de julio de 2013

TODA LA CULPA LA TIENES TÚ

“Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido.”
- Malcolm X -



No basta con que él diga: la he jodido. Las portadas de todos los diarios reiteran en enormes mayúsculas: la ha jodido. Ahora ya no hay ninguna duda, y todo el mundo exclama al unísono: toda la culpa la tienes tú

Es absurdo, pues, atribuirle pecados a alguien que no sea quien llevaba en sus manos los mandos de una máquina y cientos de vidas a sus espaldas. Es inconcebible señalar a otra persona o cualquier otro tipo de ente, que no se ganara el sustento transportando un armatoste creado únicamente para el usufructo de unos pocos empresarios. No tiene sentido culpar a nadie más que a quien manejaba los mandos de ese veloz gigante metálico, y aunque éste no contara con su correspondiente sistema de seguridad y frenado automático debido a un recorte en el presupuesto, quien debía haber tenido en cuenta tal detalle, no lo hizo, y ahora carga sobre su conciencia 80 vidas truncadas y otros tantos heridos graves, consecuencias funestas debidas a un fatal error humano y nada más. No se os ocurra pensar en cualquier otra posibilidad, tened un respeto por las víctimas, ¡cielo santo!

No especuléis, no alimentéis conspiraciones, ni desconfiéis de la versión oficial. No hagáis caso a los que, pretendiendo hacer demagogia de lo que se trata sencillamente de una macabra broma del destino, aseguran que la reducción de un 70% del gasto destinado al mantenimiento de la infraestructura tuvo algo que ver, o a quienes se atreven a insinuar que tal maravilla del progreso jamás debería haber sido construida. Nada más lejos de la realidad. Donde en otro tiempo no hubieron más que inservibles zonas verdes y poblados chabolistas hoy circulan trenes de alta velocidad, en lo que se trata de un admirable ejercicio de avance, y aunque estos trenes hayan de pasar por curvas tan críticas como la protagonista de los desafortunados acontecimientos, son un claro ejemplo de que el sistema funciona a pesar de todo.

Así como los accidentes laborales son el desafortunado resultado de las imprudencias de los trabajadores y no se debe buscar a otros culpables, este tipo de catástrofes nos son algo distinto. Errar es humano, por eso el presidente del gobierno le envió sus condolencias a los chinos en vez de a los gallegos, y por eso toda la responsabilidad del accidente debe asumirla el trabajador que iba dentro de esa cabina y no la constructora del fatídico tramo, ni la política del desmantelamiento de lo público, – o lo que es lo mismo, de lo que no da beneficios – impuesta por el gran capital y gestionada por el mismo gobierno que supo afrontar de forma plausible y de igual manera sucesos similares como los del accidente del metro en Valencia, el mismo que de manera tan acertada ha apostado por la sanidad privada para curar a los heridos. 

Ha sido un accidente y por lamentable que resulte, si el destino lo ha querido así, nada podemos hacer, salvo recordar en todo momento que si no ha sido ETA, toda la culpa es nuestra y de nadie más.

- Kevin Laden -